Riquísimos croissants rellenos de chocolate. ¡Gracias Juani!
500 gramos de harina de fuerza
25 gramos de levadura fresca
200 ml. de leche
70 gramos de azúcar
30 gramos de mantequilla blanda
170 gramos de mantequilla bien fría
10 gramos de sal
chocolate para rellenar
1 huevo batido
PREPARACION
Ponemos la harina en un bol amplio y hacemos un volcán en el centro. En él ponemos la mantequilla blanda, el azúcar, y la sal.
Disolvemos la levadura en la leche, que debe estar tibia y la incorporamos a la harina.
Con una cuchara de madera o con los dedos, se va mezclando todo. Cuando la masa sea demasiado pesada la pasamos a una superficie plana bien enharinada y la amasamos con las manos durante al menos diez minutos.
Hay que sobarla y estirarla bien hasta que nos quede tersa, homogénea y elástica.
Se pone la masa en el bol inicial, se espolvorea con harina y la tapamos con un trapo húmedo o con film transparente.
Se coloca en un sitio tibio y alejado de corrientes de aire para dejarla levar hasta que doble su volumen. Esto puede tardar un par de horas, dependiendo de la temperatura ambiente. Cuando haya levado, se pone la masa sobre una superficie enharinada y se estira con ayuda de un rodillo. Debe quedarnos del ancho del rodillo y de largo todo lo que dé de sí hasta que tenga medio centímetro de grosor.
Se corta la mantequilla fría en trozos finitos y la distribuimos sobre la masa, cubriendo no más de dos tercios de ésta y la doblamos en tres, primero la parte sin mantequilla sobre el centro y luego la otra parte. La giramos 90 grados, la volvemos a estirar como antes y la volvemos a doblar en tres.
Ahora la envolvemos en papel film y se mete en la nevera durante al menos una hora, para que la mantequilla vuelva a enfriarse.
Hay que repetir la operación de estirado y doblado dos veces más, para que la masa acumule las capas que le darán la textura deseada. Después de haberle dado las tres vueltas la masa necesitará un reposo de al menos 6 horas.
Antes de sacar la masa por última vez, se precalienta el horno a 200ºC. Se estira la masa nuevamente, esta vez de aproximadamente unos 30 centímetros de ancho y todo lo larga que podamos con un grosor de medio centímetro.
Igualamos los bordes y la cortamos en dos longitudinalmente.
Ahora cortamos las dos partes en triángulos de unos 10 o 15 centímetros de base.
Ponemos en la base de cada triángulo un trozo de chocolate y enrollamos la masa sobre él hasta darle la forma de croissant típica. Hay que procurar que el pico del final quede hacia abajo para que no se desenrolle en el horno.
Se deja reposar los croissants hasta que doblen su volumen.
Se pintan con huevo batido, para que se doren bien y se meten en el horno entre 10 y 15 minutos, vigilándolos constantemente para que no se quemen.
Cuando estén hechos se dejan enfriar sobre una rejilla.
Fuente: la cocina de Juani
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