Seguro que si tienes perro sabes de sobra lo que significa llegar a casa y que tu perrito salte sobre ti a darte besos y lamerte, mientras agita su cola de alegría. Los perros lamen nuestras manos e incluso se tiran a darnos besos en la boca, una gran señal de afecto pero ¿es malo que mi perro me chupe?
A pesar de la multitud de leyendas urbanas que circulan, lo cierto es que no es saludable que nuestro perro tenga contacto con nuestra cara o boca. Vamos a explicarlo todo detalladamente para ver los peligros que supone.
¿Qué significa que mi perro me bese?
Los perros se lamen entre ellos cómo señal de afecto o sumisión, también para limpiar o curar una herida propia o la de otro miembro del a manada. Cuando un perro nos lame a nosotros, los humanos, nos está mostrando su cariño, su sumisión y respeto.
Aunque no debemos olvidar que el olfato de un perro es miles de veces superior al de un humano, si hemos comido algo que a nuestro perro le resulte atractivo… también intentará lamernos simplemente porque tiene interés en degustar un poco de esa comida (o de los restos que puedan quedar en nuestras manos o boca).
Por otro lado los perros también se lamen entre ellos a modo de limpieza y de afecto, tal y cómo lo hacen con sus cachorros. ¿Quien no ha visto a una perrita lamer a su cachorro hasta la saciedad?
Así que un lengüetazo tal y cómo hemos explicado, siempre es una buena señal por parte de nuestro perro. Es una forma cariñosa de demostrarnos algo, de hacernos saber que el está a nuestra disposición y nos quiere.
¿Supone un peligro que mi perro bese mi cara o mis labios?
A pesar de las leyendas urbanas que indican que la saliva de los perros es antiséptica y que su boca está libre de bacterias…. lo cierto es puede suponer un peligro que la saliva de nuestro perro entre en contacto con nuestra cara o con nuestra boca / labios.
Los perros se pasan el día lamiendo sus genitales y los genitales de otros perros, ya que es una forma de socializarse entre perros. También comen un sin fin de porquerías del suelo y meten el hocico en los lugares más insospechados…. Por lo que, ni la boca ni la saliva de un perro es antiséptica ni está limpia.
La saliva de un perro contiene muchas más bacterias que la saliva de un humano, muchas de estas bacterias son nocivas para los humanos. También puede contener parásitos que puede contagiarnos si su saliva entra en contacto con nuestra cara. Que nuestro perro nos contagie algún virus solo por chuparnos es algo más complejo, pero es posible.
Por lo que está científicamente demostrado que no es saludable para los humanos, que un perro lama su cara o sus labios. Esos besos que nuestro perro nos da en la boca de forma cariñosa, suponen en redilad un riesgo para nuestra salud.
¿Debo regañar a mi perro si me besa? ¿Debo evitar que me lama?
No, no hay que llevar las cosas al extremo. Si nuestro perro nos lame las manos, los brazos o incluso los pies…. no pasa absolutamente nada. Simplemente debemos lavarnos las manos antes de comer, para limpiar la posible suciedad que tengamos en ellas.
Sin embargo, es recomendable evitar que nuestro perro nos lama en la cara. La piel de la cara es más sensible a bacterias y parásitos que el resto de la piel de nuestro cuerpo, por lo que supone un riesgo mayor. De la misma forma, debemos evitar que nuestro perro nos de besos en la boca, porque su saliva entrará en contacto con la nuestra y supondría un riesgo.
No debemos regañar a nuestro perro por lamernos porque es cómo si le regañáramos por decirnos que nos quiere. Simplemente debemos saber manejar la situación y evitar que sus lametones sean en la cara o labios, por lo demás… debemos disfrutar de el cómo siempre.
¿Puede un perro besar a los niños?
Por supuesto que puede, aunque debemos enseñar a los niños que deben lavarse las manos después (antes de comer). Lo que debemos evitar es que el perro lama en la cara o boca a los niños, de la misma forma que debemos evitar que lo haga con nosotros.
Está científicamente demostrado que los niños que conviven con animales tienen un sistema inmune mucho más desarrollado, es decir, más fuerte. Convivir con animales que estén correctamente desparasitados y tengan sus vacunas al día, es un beneficio para cualquier niño.
Además, el sistema emocional del niño y su responsabilidad hacia con los animales, también se desarrollará correctamente. Debemos enseñarles a respetar desde pequeños, para que cuando sean adultos sepan amarlos cómo los amamos nosotros.
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