El objetivo de este proceso es «presentar» de forma positiva el secador a tu perro, haciendo que lo asocie de forma positiva y como un objeto inofensivo, en un contexto de tranquilidad.

Toma nota del siguiente paso a paso:

PRIMERO

Para empezar, aconsejamos dejar el secador desenchufado al alcance de tu perro en un ambiente tranquilo del hogar, donde él se sienta seguro y cómodo para experimentar este primer contacto. En este momento, no debes hacer movimientos bruscos con el secador (en especial con su cable), pues tu peludo pueda asociarlo de forma negativa y asustarse. Debes dejarlo en suelo y dejar que lo explore mediante el olfato. Poco a poco, percibirás cómo la curiosidad inherente al carácter de tu perro hará con que él quiera descubrir y explorar este nuevo elemento en su territorio. Debes favorecer que tu perro lo olfatee y se acerque a él, utilizando palabras amables, caricias y hasta golosinas, que puedes dejar cerca del secador.

Una vez tu perro se muestre totalmente tranquilo ante el secador y coja los premios sin miedo alguno será el momento de empezar el

SEGUNDO PASO

Vamos a «acostumbrar» al perro al ruido del secador.

En esta etapa, el principal objetivo es lograr que tu perro observe cómo utilizas tú el secador de forma segura y tranquila, sin miedo o estrés. Es un aspecto clave que tu perro perciba tu seguridad al utilizar el secador, por ello, debes prestar mucha atención a tu lenguaje corporal para transmitirle serenidad.

Empezarás a utilizarlo de forma suave (siempre en la potencia mínima del aparato) en tu pelo y en tu piel por unos 2-3 minutos. Al terminar, vuelve a dejarlo desenchufado al alcance de tu perro. Lo ideal es repetir este proceso varias veces al día, aumentando progresivamente el tiempo de uso del secador y utilizando siempre recompensas, ya sean a modo de comida o refuerzos verbales.

Al observar que tu peludo ya se muestra tranquilo cuando utilizas el secador y no demuestra miedo por su ruido, podrás pasar al

TERCER PASO y más delicado para acostumbrar a un perro al secador.

Consiste en lograr que tu peludo permita y se acostumbre al uso del secador en su propio cuerpo. Para empezar, debes garantizar que esta experiencia ocurra en un entorno tranquilo y positivo, en el cual tu mejor amigo esté totalmente relajado. Si quieres, puedes poner un poco de música relajante para perros y reducir suavemente la luminosidad del ambiente. Para empezar, utiliza el secador en tu propio cuerpo con total normalidad, para transmitir confianza a tu peludo. Cuando tu perro ya esté habituado al ruido, puedes empezar a proporcionarle suaves y cortos chorros de aire tibio en su dorso, mientras ofreces caricias en sus zonas favoritas y le hablas o le cantas con normalidad. No hagas movimientos bruscos o fuera de su campo visual, y presta atención a la velocidad y a la temperatura del aire, para no asustarlo ni quemarlo. También deberás tener en cuenta su lenguaje corporal, para saber en qué momento se siente incómodo.

Recuerda siempre la importancia de reconocer el buen comportamiento y la valentía de tu peludo ofreciéndole un premio, una golosina, jugando un buen rato con él o invitándolo a disfrutar de un buen paseo al aire libre. Poco a poco, verás que tu perro creará una imagen positiva del secador y asociará las secciones de secado como momentos de relajación y cariño, en las cuales puede disfrutar de tu compañía.

Siempre es fundamental recordar que cada peludo tiene su propio tiempo de adaptación, y es indispensable respetarlo. Jamás debemos obligar nuestros perros a vivir una experiencia en contra su voluntad, ya que ello no solo es peligroso, sino también contraproducente en su proceso de aprendizaje y desarrollo cognitivo. Invierte en el refuerzo positivo para estimular sus capacidades cognitivas, emocionales y sociales, además de reforzar tu vinculo con tu mejor amigo.

¿Qué hacer si mi perro sigue teniendo miedo al secador?